Establecimiento de gran tradición cuyos orígenes se remontan al año 1880.
Desde entonces elaboran de manera artesana helados, barquillos y todo tipo de dulces.
Ahora la cuarta generación continúa con el negocio familiar heredando la manera de hacer y especializándose sobre todo en productos garrapiñados y turrones, así como sus caramelos, muy apreciados en la festividad de San Blas.
Detalles como la producción de sus dulces en marmitas de cobre y sus moldes en forma de figuras usados desde siempre hacen de sus frutos verdaderos manjares.