A la entrada del Camino de Santiago en
Puente la Reina, localidad de la Zona Media de Navarra, los peregrinos se detienen en la plazuela de la calle del Crucifijo. En este lugar se halla el albergue de los Padres Reparadores, el antiguo hospital de peregrinos y la iglesia del Crucifijo. Tras cruzar la carretera, el Camino se adentra en la Rúa Mayor para desembocar en el emblemático puente románico que da nombre a la localidad.
El templo data de finales del siglo XII y fue fundado con el nombre de Santa María de los Huertos, por la
Orden del Temple. Después de su expulsión en 1312, la orden militar de San Juan de Jerusalén se hizo cargo de sus bienes en la villa en 1443. A mediados del siglo XV se crearon junto a la iglesia, el convento de Sanjuanistas y un hospital para el cuidado de los peregrinos que se dirigían a Compostela.
De la atención del hospital se responsabilizó en 1469 la cofradía del Crucifijo, que dio nombre al templo. Abandonado durante años tras las desamortizaciones y las guerras carlistas, los Padres Reparadores se hicieron cargo del conjunto en 1919, lo que permitió su conservación.
En el exterior llama la atención la existencia de un
paso cubierto o nártex, que une el templo con el antiguo hospital de peregrinos. La torre, se comenzó a construir en el medievo, y fue rematada en el siglo XVII.
Antes de acceder a la iglesia, deténgase unos minutos frente a su
bella portada del siglo XIII. Tiene tres arquivoltas: la primera lisa; la segunda decorada con conchas de peregrino; y en la tercera exhibe curiosas figuras, algunas con carácter moralizante como ángeles, aves, leones y una arpía, entre otras bestias.
Al entrar en la
iglesia del Crucifijo podrá apreciar las diferencias que existen entre las dos naves del templo, la originaria del siglo XII y la ampliación del XIV. La más antigua, de estilo románico, presenta cinco tramos cubiertos por bóveda de cañón ligeramente apuntada. Sobre el lado del Evangelio se erigió posteriormente otra nave de estilo gótico, con cuatro tramos, cubiertos por bóveda de cañón apuntada.
El crucifijoEn el ábside de la nave gótica tendrá la oportunidad de admirar un crucifijo de grandes dimensiones,
obra excepcional de la imaginería medieval. La hermosa talla gótica, de la primera mitad del siglo XIV, se ha relacionado con los modelos de la Alemania renana por su forma de "Y" sobre maderos que imitan un árbol sin descortezar. También se observa la influencia italiana en el fino tratamiento de los rasgos faciales del Cristo y en la disposición de sus pies. Destaca su expresión de dolor, acentuada por los brazos colocados en una "V" muy pronunciada y por el fuerte dinamismo de su torso y piernas.
Aunque se le atribuye un posible origen templario, no existen datos que lo confirmen, puesto que el primer documento que hace referencia a esta pieza data de 1325 y la Orden del Temple fue expulsada en 1312. Una leyenda cuenta que el crucifijo fue donado por unos peregrinos alemanes que, a su regreso de Santiago, agradecieron el buen trato recibido en el hospital de peregrinos de Puente la Reina obsequiando a la iglesia con la cruz que habían llevado a cuestas durante su peregrinación.