El elemento más significativo de este edificio de planta rectangular es su
bella y armoniosa fachada, articulada en tres cuerpos y dos torreones. Su
piso inferior presenta una galería de cuatro robustos arcos de medio punto, mientras que en el
segundo cuerpo destacan sus cuatro grandes ventanales, divididos cada uno de ellos por cuatro arquillos apoyados en finas columnas encapiteladas. La
parte superior, cuya ampliación fue realizada en el siglo XVII, es un ático de sillería provisto de tres saeteras y protegido en los ángulos por dos torreones.
La fachada está enmarcada en los extremos por dos columnas superpuestas con cuatro hermosos capiteles, dos vegetales y dos historiados. El capitel inferior de la columna izquierda, es el más famoso de los dos historiados y en él podrá distinguir
la lucha de Roldán y Ferragut, siendo el primero paladín de Carlomagno, y el segundo, un gigante moro. El capitel recoge el momento en el que el héroe cristiano vence al musulmán al atacarle en su único punto débil, el ombligo.
En la columna de la derecha, el capitel superior recoge dos escenas sin conexión entre sí. En la parte izquierda, se representa
la fábula del burro tañendo el arpa que escucha un león sentado sobre sus cuartos traseros, y en la derecha, aparecen dos avaros, de cuyos cuellos cuelgan las bolsas del dinero, que caminan hacia su castigo cogidos por un cepo. A su lado, los condenados se queman en una caldera vigilada por cuatro diablos.
El segundo cuerpo de la fachada está culminado por un tejadillo con retícula de rombos sobre canes, pencas y otros temas vegetales, además de volutas, lóbulos, puntas de diamantes y un pez.
Aproveche su visita al palacio para recorrer esta
ciudad de origen medieval siguiendo el paso de los peregrinos y disfrutando de la riqueza artística de iglesias como
San Miguel o
San Pedro de la Rúa.