En tierra de paso entre las primeras sierras pirenaicas y la depresión del Valle del Ebro, a la orilla del río Aragón y sobre una terraza poco elevada se asienta Sangüesa, enclavada en la parte oriental de la Zona Media de Navarra, a 44 kilómetros de Pamplona.
La primitiva ciudad estuvo emplazada sobre un cabezo rocoso, la actual villa de Rocaforte, que hizo de frontera ante el avance de los musulmanes, pero la Ruta Jacobea propició en el siglo XII el nacimiento en el llano, de Sangüesa la Nueva, que rápidamente se convirtió en villa importante del
Camino de Santiago procedente de Somport.
La pujanza económica y social atrajo durante la Edad Media a comerciantes, peregrinos y artistas y prueba de este esplendor es su
rico patrimonio histórico-artístico.
A Sangüesa se accede cruzando el puente metálico sobre el río Aragón. Tras superar el río te toparás con el mayor tesoro de la ciudad y
una de las obras cumbres del románico de todos los tiempos y lugares: la
iglesia de Santa María la Real. Su portada, centrada en el juicio final, te mostrará también escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento, animales monstruosos, leyendas o los estamentos de la sociedad medieval. El templo, declarado monumento nacional en 1889, se levantó entre los siglos XII y XIV.
El paseo por el casco histórico te irá descubriendo la
monumentalidad de la ciudad, con ejemplos tan bellos, en la calle Mayor, como los palacios de Añués (XV), Iñiguez-Abarca (XVIII), la Casa Consistorial (1570), que posee una preciosa galería porticada, las casas de París Iñiguez Abarca y de los Sebastianes.
La calle Alfonso el Batallador, que nace de la calle Mayor, te llevará al
palacio Vallesantoro, actual Casa de Cultura, coronado por uno de los aleros de madera más espectaculares de Navarra; a la iglesia de San Salvador (XIV), la casa de los Iñiguez-Medrano, con entrada barroca; y al convento del Carmen (XV) con claustro del XIII.
En el recorrido, podrás encontrar otras joyas artísticas como la
iglesia de Santiago (románica y gótica), el
convento de San Francisco de Asís (XIII) o
el Palacio Príncipe de Viana, que recuerda la época en que Sangüesa fue corte de los Reyes de Navarra. Si dispones de tiempo, también es interesante visitar la iglesia románica de San Adrián de Vadoluengo, a un kilómetro y medio en dirección a Sos del Rey Católico.
La ciudad cuenta, además, con bonitos parajes por los que pasear, como el de "Entrambasaguas", en el que confluyen los ríos Irati y Aragón.
Sangüesa es también
tierra de tradiciones. Las fiestas patronales tienen lugar del 11 al 17 de septiembre, con feria de ganado y encierros con toros. El Auto Sacramental del
Misterio de los Reyes reproduce el día 6 de enero la llegada de los Magos a la ciudad para adorar al Niño, en un acto en el que participan decenas de sangüesinos y que es
uno de los cinco eventos de este tipo que se conservan en España.
Todos los veranos, en Sangüesa se celebran conciertos y actividades del programa
Cultur.
La ciudad es también un buen ejemplo de la cocina navarra tradicional, especialmente por sus alubias
pochas y algunas especialidades reposteras como los huesos de Santo o las virutas de San José.
Además, en la comarca se pueden practicar deportes en la naturaleza como parapente, ala delta, hípica y piragüismo.