A los pies del puerto de Ibañeta, donde el Pirineo Occidental comienza a elevar sus cimas y cerca de la amplia llanura de
Auritz/Burguete, se sitúa Orreaga/Roncesvalles, paso natural del Pirineo donde tuvo lugar la Batalla de Roncesvalles (778), una de las más dolorosas derrotas del ejército franco en la que Carlomagno lloró la muerte de Roldán, el mejor caballero de Francia.
En un paisaje circundado por hayedos, abetales y robledales, se alza majestuosa la
Colegiata de Santa María de Orreaga/Roncesvalles, antiguo hospital de peregrinos y uno de los puntos más conocidos de la peregrinación compostelana.
La Colegiata fue construida a finales del siglo XII y principios del XIII. La explanada de acceso nos conduce hacia la Casa Prioral y el Museo Biblioteca para después, a través de un pequeño túnel de bóveda rebajada, acceder a las principales construcciones.
La restaurada iglesia colegial de Santa María, consagrada en 1219, responde al estilo gótico francés y cuenta con una torre defensiva del siglo XIV. Su altar mayor está presidido por la
imagen de Santa María de Roncesvalles (XIV), una talla gótica de madera revestida con plata que, según la leyenda, apareció milagrosamente por el anuncio nocturno de un ciervo en cuyas astas brillaban dos luceros.
Del lado de la epístola se accede al claustro, construido en el siglo XVII tras haberse derrumbado en 1600, por una gran nevada, el primitivo claustro gótico. Desde allí, se llega a
la capilla de San Agustín, en cuyo centro se encuentra el sepulcro del rey Sancho VII el Fuerte. Observe las mazas y cadenas que se exhiben en su cabecera. Son las que, según la leyenda, el monarca arrebató al moro Miramamolín durante la contienda de las Navas de Tolosa (1212), que también se relata en las vidrieras de la iglesia, y que forman parte del escudo de Navarra.
El edificio más antiguo es
la capilla del Sancti Spiritus o silo de Carlomagno (XII), de estilo románico. La construcción está asentada sobre una cripta con cubierta de cañón, donde dicen que clavó su espada Roldán tras la derrota.
Este mágico entorno se completa con otras construcciones como
la iglesia de Santiago, también llamada de los Peregrinos, y edificios civiles como el antiguo hospital, construido entre 1802 y 1807, o el
museo-biblioteca, que data de finales del siglo XIX. En él podrás admirar algunos de los tesoros artísticos acumulados en Orreaga/Roncesvalles a lo largo de la historia, como el
Ajedrez de Carlomagno, un relicario de plata dorada y esmaltada considerado una de las mejores obras de la esmaltería medieval; la Virgen del Tesoro (XIV); o un evangeliario románico de plata. También se encuentran la Casa de los Beneficiados (XVIII), transformada en un establecimiento hotelero, y la casa Itzandegia, primitivo hospital considerado mucho tiempo el primer santuario de la Virgen.
Tras la visita a la Cologiata, déjate envolver por la tranquilidad de los extensos bosques de hayas que se convierten en pastizales en las cimas más altas; o recorre alguno de los
paseos de la zona, como el del
Bosque de Basajaunberro (3,9 km). Aunque no está señalizado, el paseo de los Canónigos, que parte desde la trasera del edificio Itzandegia, es un fácil y bonito paseo circular de 1,6 km que retorna por el trazado del Camino de Santiago.
Conoce, además, otro de los grandes valores de esta zona: su
queso Idiazabal elaborado con leche de oveja. Se puede comprar en la tienda de queso de la Colegiata, pero, si quieres conocer cómo se elabora, visita las
queserías de la zona donde te mostrarán su proceso de producción.