
Esta localidad ribera próxima a
Bardenas Reales y al parque de aventura y diversión
Sendaviva es singular por las cuevas-vivienda. La pobreza llevó a muchos vecinos a esculpir en el interior de su peña para convertirla en hogar hasta que la situación económica mejoró y las fueron abandonando. Hoy en día algunas de ellas se han reconvertido en
alojamiento turístico.
De su
patrimonio artístico destaca la
Iglesia parroquial de Santa María, un edificio de grandes dimensiones construido sobre las ruinas de la antigua mezquita árabe en el siglo XVI, bajo los cánones del renacimiento. El exterior de ladrillo contrasta con el solemne interior, presidido por un espectacular Retablo Mayor renacentista de gran belleza.
Entre sus
edificaciones civiles se encuentra
el Palacio de los Condes de Gómara (S. XV) que conserva su primitiva fachada barroca de ladrillo,
La Torraza, monumento funerario romano y atalaya defensiva medieval, símbolo de la villa; y algunas
casas señoriales. En su término municipal se encuentra la ermita de
Nuestra Señora de la Esperanza con planta de cruz latina.