Localidad medieval enclavada en un cerro, con puro carácter defensivo que ofrece una panorámica de 360º, con vistas hacia el río Aragón, los
Pirineos, la Baja Montaña y
Sangüesa, y el entorno de
Ujué. Aunque diariamente viven unas 30 personas, ya que la mayoría de la población se asentó en Gallipienzo Nuevo, en un llano, los fines de semana y verano sus estrechas y empinadas calles se llenan de lugareños y curiosos.
Cuenta con un panel explicativo sobre su historia y la posibilidad de seguir un sendero urbano para recorrer sus lugares de interés: el puente románico, los restos del antiguo castillo, la iglesia de San Salvador con su cripta románica o el
Observatorio de Aves con impresionantes vistas hacia el río Aragón y a la
Reserva Natural de Kaparreta, con fuerte presencia de
aves migratorias.